Aunque el libro El mago de Oz de L. Frank Baum se publicó en 1900, se hizo famoso a partir de la versión cinematográfica protagonizada por Judy Garland en 1939. Lo que entonces pasó desapercibido fue que seguir a Dorothy por el camino amarillo nos llevó a presenciar el modelo de coaching, esa herramienta que genera un cambio en la forma de pensar y actuar y que ha ayudado a tantas personas a desatar los nudos que les impedían explotar, de forma adecuada, sus conocimientos, habilidades y experiencias.
Seguramente conoces la historia de El mago de Oz: una tormenta lleva a Dorothy a un país fantástico y para regresar a su casa necesita la ayuda del mago de Oz. En el camino conoce a tres amigos incompletos que debido a su cobardía e indecisión no han alcanzado sus objetivos. El Espantapájaros (vive temeroso y cree que sus males terminarán el día que consiga un cerebro), el Hombre de Hojalata (se siente vacío porque le falta un corazón para sentir emociones), el León (que a pesar de ser el rey de la selva tiene miedo hasta de sí mismo, y desea que el mago le dé el coraje necesario para ejercer su reinado). Juntos emprenden el peligroso camino con la esperanza de que cuando lleguen con el mago, les cumpla sus deseos. Sin embargo, éste les encomienda traerle la varita mágica de una temida bruja. Después de pasar una serie de vicisitudes, el grupo logra el objetivo y le lleva al mago el preciado objeto que, en realidad, al mago no le servirá de nada pero con ello les demostró que cada uno puede lograr lo que se proponga.
Los protagonistas siempre tuvieron la solución de sus problemas al alcance de la mano, pero necesitaron de un guía que los acompañara en el trayecto y los ayudara a ver qué debían hacer para llegar al objetivo, el mago cumplió con esta función y así, sin saberlo, se convirtió en su coach porque formó a personajes seguros de sí mismos y capaces de tomar decisiones para lograr sus objetivos.
El coaching, una herramienta muy especial
El coaching es una “forma de relación muy especial” en donde la conversación forma una parte esencial y para que funcione y se logren resultados extraordinarios debe existir un compromiso. Si las cosas siguen su inercia jamás aparecería un resultado diferente, se requiere de acciones diferentes y nuevas que nunca se han hecho hasta ese momento.
El coaching acompaña a las personas a identificar de manera específica qué quieren conseguir, a darse cuenta de sus opiniones y juicios sobre lo que es posible y lo que no lo es, y a generar esa posibilidad y las acciones congruentes con ella, para que aparezca el resultado. A través de conversaciones, se generan compromisos mutuos: el del coach es escuchar el compromiso de su cliente y todo aquello que lo separa o impide su logro. El cliente tiene el compromiso más grande: generar la acción para lograr un resultado extraordinario. “Un coach trabaja con lo más grande del ser humano, sus sueños, sus aspiraciones”.
El camino amarillo del coaching
El coach no tiene soluciones, tampoco toma las decisiones, ni dice a su cliente que es lo que debe hacer. Ayuda a generar el espacio para que afloren las capacidades de cada persona. Facilita el pensamiento de lo no pensado anteriormente, facilita el proceso para salir “de la caja” paradigmática dentro de la cual vivimos cada uno de nosotros, y dentro de la cual pensamos, actuamos y tomamos nuestra decisiones. No es protagonista ni “gurú”, tan solo una caja de resonancia. Al igual que en los personajes de El Mago de Oz, las personas y empresas que buscan alcanzar sus objetivos deben transitar por un camino amarillo lleno de obstáculos que muy problablemente los van a desanimar, confundir e incluso minarán su autoestima, este terreno se vuelve propicio para el aterrizaje del coaching, que también puede ser muy útil en la solución de conflictos y para preparar una sucesión.
El riesgo más grande del coaching, es que al momento de contratar un coach, el cliente de por sentado que todos sus problemas se van a resolver. El éxito o el fracaso, depende de la capacidad del coach para que la persona asuma esa responsabilidad y de su habilidad para mostrar la posibilidad a su cliente sobre el diseño de alternativas y el compromiso de acción para cambiar su realidad actual.
Y como en El Mago de Oz el camino puede estar lleno de obstáculos, y seguramente lo estará, pero finalmente siempre existe la posibilidad de llegar al arcoiris.
Muchas personas y organizaciones han constatado que el coaching es una inversión segura que vale la pena. Cuando un coach entra en acción, empiezan a notarse cambios inmediatos y su grado de efectividad es muy alto.Con todos los cambios que vivimos, éste es un gran momento para ejercer el coaching. Pero por supuesto también hay que estar mejor preparado que nunca.
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